Meghan Sims Si no lo sabías el colágeno en tu piel es muy importante, ¿quieres saber más del tema? Te invitamos a que sigas leyendo aquí.
Consejos para compensar la pérdida de colágeno
Aunque es imposible mantener niveles estables a lo largo de la vida, hay factores que pueden ayudarnos a compensar la pérdida de colágeno y frenar el daño a nuestra piel:
Alimentos con vitamina C:
Es importante llevar una dieta equilibrada, evitando así la destrucción de la malla de colageno de la piel y mejorando los niveles de hidratación de la misma. La carne, el pescado, los lácteos y los huevos son una buena fuente de colágeno para nuestro cuerpo.
Además, el consumo de frutas y verduras con vitamina C, -como pimientos, kiwi, cítricos (naranjas, limones, etc…), melón, fresas, moras, coles y tomates-, aumenta la producción de colágeno. Añadir gelatina a la dieta también es favorable, ya que es muy beneficioso para la elasticidad de la piel además de ser bajo en grasas y calorías.
La vitamina E y sus derivados:
En este caso, incorporar la vitamina E a nuestra dieta o aplicarla a nuestra piel nos ayudará a proteger las fibras de colágeno y la elastina. Algunos alimentos son: aceite, almendras, espinacas, quinoa, salmón y piñones.
Soluciones dermocosméticas:
Si bien es cierto que las fórmulas dermocosméticas más avanzadas no pueden sustituir la presencia de colágeno natural en la dermis, ayudarán a mejorar el tono, la resistencia y la elasticidad de la piel. De estos tratamientos, cabe destacar las ampollas con vitamina C pura y proteoglicanos, que evitan las arrugas de la cara y el cuello, así como la flacidez de la piel. Estas soluciones reconstituyentes y antioxidantes también tienen un doble efecto: mejoran inmediatamente la suavidad de la piel y refuerzan su estructura a lo largo del tiempo.
Ahora que comprendemos el inestimable papel que desempeña el colágeno en nuestra piel, quizás seamos más conscientes de la necesidad de combinar una dieta rica en antioxidantes con el uso de productos dermo-cosméticos para reducir los efectos de su pérdida.
Quizá, nunca puedas alcanzar la eterna juventud, pero puedes vivir con una piel sana por más tiempo.
